(Douglas Gómez López /Especila para Tribuna Popular). El pasado 9 de mayo del
presente se cumplieron 69 años de la victoria del ejercito soviético sobre el
nazi-fascismo, sellando con ello la definitiva derrota del movimiento fascista mundial representado para
ese entonces por Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, el Emperador Hirohito
en Japón y Franco en Espana. Ocho días
después del Primero de Mayo de 1.945, el Ejercito Rojo entra victorioso a
Berlin, obligando la rendición incondicional el ejército alemán, y salvando con
ello a la humanidad, y sobre todo a la clase obrera mundial, de la barbarie
fascista.
La victoria del ejército y el pueblo soviético sobre el fascismo, es a
la vez la más contundente victoria del movimiento obrero clasista mundial sobre
la fracción más reaccionaria del capital internacional; la cual fue el
resultado de la aplicación acertada de
la táctica política del momento: la unidad de acción en torno al Frente Único
Antifascista.
Sesenta y nueve anos
después, la humanidad, con horror, ve renacer con mayor o menor fuerza en
algunos países del mundo, lo que en su
oportunidad advirtió el VI Congreso de la Internacional Comunista (1928): la
existencia de “..tendencias fascistas y
gérmenes de un movimiento fascista en forma más o menos desarrollada”. (El fascismo
y la Clase Obrera de Jorge Dimitrov).
EL CARACTER DE CLASE DEL FASCISMO
Ahora, es oportuno preguntarnos: ¿Ha cambiado de naturaleza el fascismo?; ¿es distinto el fascismo de ayer al de hoy?
¡Evidentemente que no!. El fascismo
es y seguirá siendo el mismo aun cuando adopte, según Dimitrov, “
formas diferentes, según las condiciones históricas, sociales y económicas, las
particularidades nacionales y la posición internacional de cada país”. Su carácter de clase lo hace idéntico en todas
las épocas históricas y en todos los países donde emerge y toma el poder.
Ahora bien, qué es el fascismo?. Como expresión política de la lucha de clases
a nivel nacional e internacional, el fascismo es la “Tendencia política más reaccionaria en el mundo capitalista, la
dictadura terrorista descarada de los círculos más chovinistas y agresivos del
capital monopolista”. (Diccionario de Filosofia Marxista); es decir, cómo movimiento
o partido político, el fascismo expresa la ideología del gran capital, y por lo
tanto, cuando emerge como opción de poder, lo hace con el propósito de justificar, defender y apuntalar a sangre y fuego la
propiedad privada sobre los medios de producción y sus correspondientes
relaciones de producción, en tanto base
material (económica) sobre la cual descansa la explotación del trabajo
asalariado, reprimiendo simultáneamente toda expresión democrática.
Los hechos históricos así lo
confirman. En Alemania, Italia y España, inmersos en la más profunda crisis
económicas, el fascismo emergió, según Dimitrov, como “destacamento de choque” del
gran capital frente el ascenso y avance acelerado de las luchas reivindicativas
y políticas de las clase obrera, que,
bajo el influjo de la revolución bolchevique de Octubre, significaba un peligro inminente a su poder
de dominación de clase explotadora. El ascenso al poder del fascismo en Europa
significó para la clase obrera no solo un retroceso en el ejercicio de sus
derechos sociales y políticas
conquistados al calor de la luchas de clases, significó también la intensificación de la esclavitud asalariada
mediante el desmontaje o liquidación de las organizaciones sindicales y el ejercicio
del derecho a huelga.
En Chile, Argentina y
Uruguay, el fascismo también emergió como “destacamento de choque” del
imperialismo norteamericano y las burguesía de esos países frente al “avance en latinoamérica del comunismo
internacional” representado por la revolución
Cubana y el proyecto socialista
de Salvador Allende. Con esos argumentos, el gran capital justificó la más
sangrienta dictadura fascistas en esos países, para luego imponerles a sus trabajadores/ras, “a golpe y porrazo”, el
modelo económico neoliberal que significó por más 20 anos el establecimiento de las más
salvajes condiciones de explotación del trabajo asalariado.
EL FASCISMO EN VENEZUELA
Y en nuestro país, por los
mismo motivos, el fascismo emerge como “destacamento de choque” del
imperialismo norteamericano y la
burguesía monopólica agrupada en Fedecámaras, Consecomercio y Conindustria, quien mediante el Golpe de
Estado de Abril 2002 (derrotado en menos 48 horas), intentó
liquidar las conquistas consagradas en la Constitución de 1.999 y las leyes aprobadas por el
Presidente Chávez y las perspectivas políticas que se abrian para nuestro pueblo.
Lo que le esperaba a clase obrera - en caso de habere consolidado el Golpe de Estado- era una mayor
precarización de la relación laboral y por ende mayor tasa de explotación del
trabajo asalariado.
Lo que le esperaba a las
clase trabajadora, con la colaboración de clase de la mafiosa burocracia de la
CTV, era mayor desempleo por la vía de la eliminación del decreto de inamovilidad laboral, extensión de la jornada de trabajo,
ampliación de la práctica de la tercerización laboral, mayor restricción al
derecho a huelga y a la libertad sindical y asalto a mano armada de los
sindicatos clasistas por parte de las bandas de AD y COPEI, incremento de la accidentalidad laboral y
enfermedades profesionales, sin contar con los niveles de represión, muertes y desapariciones
de trabajadores/ras, dirigentes sindicales o políticos que osen luchar por la defensa
de sus derechos. Ese iba ser, para la clase obrera venezolana, el nefasto balance en caso de haberse
consolidado el Golpe de Estado fascista del 2002.
A 12 anos de esa derrota del
fascismo en Venezuela, y la de ahora (Febrero 20014), podemos afirmar que esta
amenaza desapareció?. Creemos que no, porque mientras el imperialismo
norteamericano (como expresión Estatal de las transnacionales) continúe
considerando al proceso y al gobierno bolivariano una amenaza a sus intereses
hegemónicos en América Latina, no cejará
en su empeno de derrocarlo por cualquier método, y no precisamente por métodos
democráticos. Para ello necesita mantener vivo, activo y movilizado a su
“destacamento de choque”, que en esta oportunidad se esconde detrás de un
poderosos movimiento social con mayores niveles de politización, organización,
adiestrado cabalmente en el arte de la guerra irregular y con excelente apoyo logístico para emprender
actos violentos y terroristas.
Ese movimiento político lo
integran partidos, organizaciones y personalidades de la economía, la iglesia,
la academia, etc, ubicados ideológicamente al extremo de la derecha
venezolana, quienes por su gran
capacidad y habilidad para generador opinión publica (matrices de opinión) han
logrado captar el interés de la mayoría
de las capas medias y atraído a algunos sectores populares, utilizando la
“demagogia social”, es decir, como afirma Dimitrov, “especulando demagógicamente con sus necesidades y
exigencias más candentes”.
Es por ello que en el marco
de la jornada conmemorativa de este Primero de Mayo, la clase obrera y el pueblo
trabajador se movilizó nacionalmente levantando la consigna: “Frente a la conspiración fascista, la más
amplia unidad clasista y popular”.